Se está desarrollando un disturbio identificado como Invest AL94, desplazándose hacia una región con un alto potencial de desarrollo ciclónico al este del Arco de las Antillas, con una probabilidad de 30% de llegar a convertirse en la Tormenta Tropical Nadine, y de llegar al Golfo como huracán.
Por el momento su trayectoria parece dirigirse al noreste de Puerto Rico y la República Dominicana, de ser así, lamentablemente la Florida y el Caribe deben seguir muy atentas a la evolución de este disturbio, porque de llegar a la región, las condiciones de la Piscina de Agua del Atlántico ayudarían a su intensificación, aumentando su potencial de peligro. La temporada de huracanes de 2024 ha sido notablemente activa, tal como se había pronosticado.
La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica había anticipado que entre 17 y 25 ciclones tropicales podrían formarse este año, lo que incluye disturbios, depresiones, tormentas y huracanes. De estos, entre 8 y 13 podrían llegar a convertirse en tormentas tropicales con vientos superiores a 39 millas por hora y algunos alcanzar la categoría de huracanes, con vientos que superen las 74 mph. Asimismo, se preveía que hasta siete de estos huracanes podrían ser de categoría 3 o superior, con vientos superiores a 110 mph, lo que marca una temporada particularmente intensa.
Como expresamos anteriormente, el desplazamiento de la zona de convergencia intertropical ha ocasionado una disminución en la cantidad de perturbaciones procedente desde el continente africano, ya que allí se han producido inundaciones inusuales. Sin embargo, en el Atlántico norte y en la zona del Golfo de México, el efecto de un fenómeno conocido como la Piscina de Agua del Atlántico, ha contribuido al fortalecimiento de los huracanes como Beryl, Helene y Milton.
La Piscina de Agua del Atlántico, es una masa de agua cálida que ha sido crucial en el desarrollo de tormentas severas. Esto se debe a un empozamiento de agua cálida en esta región del golfo, ayudada por una desaceleración de la Circulación Meridional de Oscilación del Atlántico.
Sin embargo, este año la temporada de huracanes ha mostrado un comportamiento un poco diferente, lo que ha llevado a los expertos a pensar que podría extenderse más allá del 30 de noviembre, fecha en la que oficialmente termina la temporada. Esto se debe a un desplazamiento en el pico de actividad, que tradicionalmente ocurre alrededor del 10 de septiembre, pero este año ese pico se ha desplazado al mes de octubre, con un aumento de actividad durante la primera quincena de octubre.
Este desplazamiento en la actividad ciclónica puede estar relacionado con varios factores climáticos. Uno de ellos es el fenómeno El Niño en fase Neutral, que en su fase positiva generalmente inhibe la formación de huracanes en el Atlántico. Pero al estar en fase neutral en transición hacia La Niña, no se están generando vientos cortantes, suficientes para debilitar los sistemas ciclónicos del Atlántico. No obstante, el calentamiento global también está afectando los patrones climáticos a nivel global, alterando la dinámica tradicional de las temporadas de huracanes.
Un claro ejemplo de la influencia de la Piscina de Agua del Atlántico es la intensificación del Huracán Milton. Gracias a este fenómeno, pudo pasar de categoría 2 a la categoría 5 en pocas horas; impactando la península de la Florida por el área sur de Saratoga como huracán categoría 3, con vientos de 193 km/h, y causó 23 muertes y daños que sobrepasan los 50.000 millones de dólares, dejando enormes destrozos, sobre todo debido a la cantidad de tornados que generó, así como por la marejada ciclónica que superó los 10 pies.
El comportamiento observado durante la temporada de huracanes de 2024 resalta la importancia de mantenerse alerta y preparado, ya que, la naturaleza cambiante del clima y la influencia de fenómenos globales como ENSO en sus distintas fases, la Piscina de Agua Calidad del Golfo de México, así como la Circulación Meridional de Oscilación del Atlántico; y el calentamiento de los océanos continúan demostrando que las temporadas de huracanes pueden volverse cada vez más intensas e impredecibles. A medida que avanza la temporada, es esencial seguir las recomendaciones de las autoridades y estar atentos a los reportes meteorológicos para reducir el impacto potencial de estas poderosas tormentas.