Tras la muerte del papa Francisco y el inicio del pontificado del papa León XIV, los ambientalistas se han estado preguntando si el nuevo pontífice asumiría la cruzada por un clima saludable como lo hizo su predecesor. “Si me hubieras dicho hace 20 años que la Iglesia católica romana se convertiría quizá en la institución global más grande y progresista, me habría reído”, dijo el ambientalista y escritor Bill McKibben en su boletín informativo de Substack. “Pero a partir de los nobles gestos de Francisco y continuando con su poderosa encíclica Laudato Si’—una crítica profunda y contundente de la modernidad, y probablemente el documento más importante de lo que va de este milenio—, el Vaticano ha estado a la vanguardia en muchos sentidos.
En el marco de la Conferencia Sembrando Esperanza, organizada por el Movimiento Laudato si’, el papa León XIV recordó a los participantes que el compromiso con la creación es una responsabilidad de fe y de justicia. La Conferencia fue celebrada el 1ero de octubre en el Centro Mariápolis en la localidad de Castel Gandolfo, Italia. El pontífice planteó un desafío directo a los creyentes: “Dios nos preguntará si hemos cultivado y cuidado el mundo que Él creó, y si hemos cuidado de nuestros hermanos y hermanas. ¿Cuál será nuestra respuesta?”.
El Movimiento Laudato si’ es una red católica global que nació tras la encíclica Laudato si’ del papa Francisco en 2015. Su misión es movilizar a comunidades y fieles en más de 150 países para cuidar la “casa común” con acciones de fe, educación y justicia climática.
La elección de León XIV en 2024 marcó un hito en la historia de la Iglesia católica: el primer pontífice estadounidense asumió la responsabilidad de guiar a más de 1,406 millones de fieles en un tiempo en que el mundo enfrenta también una crisis climática sin precedentes. Su experiencia latinoamericana le ha dado una sensibilidad particular hacia los pueblos que sufren los efectos del cambio climático, algo que se ha reflejado en la prioridad que concede al cuidado de la creación. Aunque heredero de una tradición reciente de la preocupación ecológica en la Iglesia católica que comenzó con San Juan Pablo II y se consolidó con Benedicto XVI y Francisco, León XIV ha aportado un nuevo acento: la justicia ambiental como condición indispensable para la paz y la dignidad humana.
“Parece que aún no se tiene conciencia de que destruir la naturaleza no perjudica a todos del mismo modo: pisotear la justicia y la paz significa afectar sobre todo a los más pobres, a los marginados, a los excluidos. En este contexto, es emblemático el sufrimiento de las comunidades indígenas”, advirtió en su Mensaje para la X Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación 2025, que ofreció el 1 de septiembre de 2025. Con estas palabras, el pontífice recordó que la crisis climática no es un problema lejano ni técnico, sino una injusticia que profundiza la desigualdad.
La herencia de Laudato si’ y Laudate Deum
Las palabras de León XIV retoman la senda trazada por Francisco, quien en 2015 publicó la encíclica Laudato si’ , considerada el documento más influyente de la Iglesia sobre ecología. En ella, Francisco afirmó: “No hay dos crisis separadas, una ambiental y otra social, sino una sola y compleja crisis socioambiental”.
Ocho años después, en 2023, el mismo pontífice lanzó la exhortación Laudate Deum, donde insistió: “Estamos todavía a tiempo de evitar los peores males, pero necesitamos un cambio de rumbo urgente y decidido”.
León XIV ha retomado este legado, pero con un matiz espiritual que interpela a la conciencia de los creyentes: “La indiferencia ante la devastación de los ecosistemas es una herida espiritual que se refleja en nuestra incapacidad de sentirnos parte de la creación”.
El papa señaló que la verdadera raíz de la conversión ecológica no se encuentra en las estadísticas ni en los discursos técnicos, sino en el centro mismo de la persona. Recordó que el corazón “es donde tienen lugar las búsquedas más profundas, donde se encuentra la identidad última y donde se forjan las decisiones”. En esa línea, insistió en que “solo volviendo al corazón puede darse una verdadera conversión ecológica”, un cambio que debe expresarse en lo concreto: pasar “de recopilar datos a cuidar; de un discurso ambiental a estilos de vida inspirados por la fe y el amor a Dios”.
Cuidar la creación como un acto de fe
En el mismo mensaje del 1 de septiembre, León XIV denunció con claridad: “El cuidado de la creación es un camino de paz: donde se destruye la naturaleza, se siembran también semillas de conflicto y violencia”. Para el pontífice, proteger la naturaleza es también una forma de prevenir tensiones y garantizar condiciones de vida más justas para los pueblos.
León XIV sostiene que el compromiso ecológico no es un añadido opcional al mensaje cristiano, sino parte esencial de la fe, y subraya que proteger el planeta es un acto de amor hacia Dios y hacia el prójimo. “Responder al clamor de la tierra y al clamor de los pobres exige oración, voluntad y acciones concretas”, afirmó en su mensaje.
Su énfasis recuerda la expresión de Juan Pablo II en 1990 sobre la necesidad de una “conversión ecológica”. Sin embargo, León XIV la actualiza en un contexto marcado por fenómenos extremos, migraciones climáticas y un debate global sobre energías limpias.
Mensaje a las Naciones Unidas: repensar el sistema alimentario
En junio de 2025, León XIV dirigió un mensaje a los participantes del encuentro de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura. Allí advirtió que los sistemas alimentarios globales no pueden seguir basados en la explotación indiscriminada de recursos: “Es necesario superar la lógica de explotación de la creación y garantizar seguridad alimentaria cuidando mejor los recursos medioambientales”. Con ello, vinculó la crisis climática al hambre y la inseguridad alimentaria, señalando que el futuro de la humanidad depende de la capacidad de reorganizar la producción agrícola de manera sostenible.
Castel Gandolfo se convierte en escuela de sostenibilidad
En Castel Gandolfo, el proyecto Borgo Laudato si’ ha empezado a cobrar vida como un espacio emblemático de educación ecológica integral, inspirado en el legado de Francisco. Es un proyecto del Vaticano que transforma la antigua residencia papal en un centro de educación y sostenibilidad inspirado en la encíclica Laudato si’. Castel Gandolfo fue durante siglos la casa de verano de los papas, pero Francisco dejó de usarla en 2016. Desde entonces se abrió al público como museo y hoy es también un centro cultural y ecológico. Durante su inauguración en septiembre de 2025, el papa León XIV describió el Borgo como una “semilla de esperanza” para promover la conversión ecológica.
El complejo incluye aulas solares, invernaderos, huertos y edificios destinados a la formación en economía circular y sostenibilidad, con el objetivo de articular la fe, educación y acción ambiental.
Uno de los componentes destacados del Borgo es la Exhibición “Earth Partner”, que reúne obras de jóvenes artistas de 28 países para expresar los desafíos ecológicos actuales.
Jóvenes seminaristas de México, como Porfirio, Sergio e Israel, han ofrecido su tiempo como voluntarios en el Borgo y han sido identificados en medios del Vaticano como rostros vivos de la misión de educación ambiental del proyecto. “Es una experiencia única en mi formación”, comentó Porfirio Ramírez Méndez, de la Arquidiócesis de Huajuapan de León, Oaxaca en un artículo del periódico Vatican News. “Después de tanto tiempo cerrado, este lugar ahora está abierto al público. Es una bendición”, dijo.
Jesús Israel Aguirre Legaria de la Arquidiócesis de Huajuapan de León, Oaxaca, explicó el verdadero sentido de su presencia en este lugar: “Es un regalo de Dios inmenso. Trabajar aquí implica muchas cosas: cuidar la creación, ayudar en las celebraciones, atender a los peregrinos… Es vivir la ecología integral que el Papa tanto nos pide”.
Así, Borgo Laudato si’ no es solo un centro educativo, sino un laboratorio de comunidad, arte y sostenibilidad que busca traducir la teoría ecológica en experiencias concretas, respaldadas por testimonios genuinos y compromiso juvenil.
Una línea de continuidad con nuevo énfasis
El magisterio ambiental de León XIV se inserta en una línea de continuidad bien definida: san Juan Pablo II habló de “crisis ecológica” en 1990, Benedicto XVI de “ecología humana” en 2009 y Francisco de “ecología integral” en 2015 y 2023. León XIV aporta ahora un énfasis particular en la justicia ambiental y la paz social, subrayando que la destrucción de la creación tiene un rostro humano: el de quienes pierden sus hogares por inundaciones, el de los migrantes obligados a abandonar sus tierras por motivos climáticos o el de los agricultores que ven arruinadas sus cosechas por la sequía. Con este enfoque, el Papa propone que el cuidado de la creación deje de percibirse como un asunto meramente ambiental y se asuma como una cuestión de derechos humanos fundamentales.