La DANA que sigue sobre España y se produjeron tormentas muy intensas en Andalucía, Castellón y el litoral de Cataluña también. Luego del impacto causado por el fenómeno meteorológico conocido como una Depresión Aislada en Niveles Altos o DANA que ha dejado ya más de 210 muertos en la provincia de Valencia, España y daños incalculables en la región del Mediterráneo español.
Este evento ha sido la peor catástrofe que el país ha experimentado en su historia reciente. Durante el fin de semana, miles de españoles llegaron para echar una mano a los residentes de Valencia. Hay muchos críticos de lo que consideran una respuesta lenta del gobierno para ayudar a los residentes de las áreas más afectadas.
¿Qué es una DANA?
No se deben confundir las DANAs con las vaguadas, ya que estas últimas son esencialmente en áreas donde las isobaras (líneas de presión constante) muestran una deformación en forma de una v y suelen desaparecer al desplazarse hacia el este, mientras que las DANAs, son casi estáticas y desplazándose en cualquier dirección, dependiendo de la presión de la masa de aire predominante. Estas tienden a disiparse al alcanzar una temperatura similar a la del aire circundante.
Aunque estos eventos extremos han ocurrido siempre, en la actualidad son cada vez más intensos e impredecibles. Su evolución y desarrollo está ocurriendo con mayor rapidez, debido a los cambios que están ocurriendo en el clima debido a las emisiones de carbono. Las regiones polares de la Tierra se están calentando más rápidamente que el resto del mundo, causando que la diferencia de temperatura que impulsa las corrientes en chorro ha disminuido. En promedio, el Ártico se está calentando cuatro veces más rápido que los trópicos, esto tiene un efecto directo en la circulación general y en estos eventos extremos.
La circulación general de la atmósfera está compuesta por cinco corrientes en chorro, conocidas como “Jetstream” en inglés: dos polares, dos en latitudes medias y una tropical, todas desplazándose de oeste a este alrededor de la Tierra. Estas corrientes son frecuentemente utilizadas en la navegación aérea para ahorrar combustible.
Esta corriente está ubicada en la capa de la atmósfera que marca la transición entre la troposfera y la estratosfera, se encuentra entre los 8 y 15 km (5 y 9 millas) de altura. En la troposfera (desde la superficie hasta aproximadamente los 12 km o 7 millas), mientras que en la estratosfera la temperatura aumenta con la altura y se sitúa entre los 12 y 50 km (7 y 31 millas) de altura.
Estas fuertes corrientes de aire se asemejan a ríos ondulantes con curvaturas y ondulaciones, sus vientos soplan de oeste a este a velocidades que oscilan entre 129 y 225 km/h (80 y 140 millas por hora) aunque en ocasiones, pueden superar los 500 km/h.
Debido a las ondulaciones de las corrientes de chorro, en algunos casos pueden “estrangularse” y quedar aisladas del flujo normal, formando lo que se conoce como una depresión aislada en niveles altos o dana. Esto genera una circulación cerrada en sentido a la rotación del reloj y atrapa aire frío, dando lugar a la formación de nubes cumulonimbos, que actúan como una gran bolsa de agua.
Cuando una DANA, comúnmente conocida como gota fría, se desplaza sobre tierra, el aire cálido generado por la convección en verano u otoño entra en contacto con esta masa de agua fría, provocando un rápido descenso de la humedad acumulada en la nube, ocasionando precipitaciones muy intensas en poco tiempo. Por consiguiente, generando inundaciones en las ciudades y desbordes de ríos, etc. Este fenómeno ha causado desastres, como los ocurridos en Valencia, España.
Este es un fenómeno relativamente típico del Levante Español, como se refiere a la región valenciana y de Murcia, Málaga y Armería. Normalmente, el fenómeno ocurre a finales del verano y entrada del otoño, cuando la combinación de bajas presiones y aire “embolsado” produce una diferencia de temperatura entre las capas altas y el suelo, creando corrientes verticales debido a las distintas densidades de aire y formando nubes.
Los esfuerzos de rescate y ayuda continúan, y se espera encontrar aún más víctimas de este evento meteorológico. Es probable que eventos como este se vuelvan aún más frecuentes debido al cambio climático, por lo que es necesario estar preparados, tanto a nivel individual como gubernamental.
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